jueves, 13 de septiembre de 2012

Primer Aprendizaje - Darlin Calderon


PRIMER APRENDIZAJE

Aquellas situaciones, actitudes y actividades más comunes que desarrollamos en el diario vivir, y que se asumen como innatas del ser humano, siempre de una u otra manera, tienen un comienzo, un punto de partida, una historia en particular, que relata los hechos de cómo se logró llegar a esa situación, de los factores que nos llevaron hasta ese momento en el que alcanzamos lo que llamaríamos la “naturalidad” de la actividad, el dominio con certeza de cada situación; pero usualmente no reflexionamos sobre dichos procesos, por lo que a continuación este escrito busca contar estas partes tan importantes de mi historia, cómo aprendí a hablar y cómo aprendí a escribir.

Aprendiendo A Hablar

Yo crecí en medio de una familia de clase media de la ciudad, trabajadora como todos, pero decidida también como muchos a sacar adelante a sus hijos, yo, como única mujer y además la menor de tres hijos, fui muy consentida y por suerte conté con la fortuna de que mi madre me criara pues trabajaba en casa y podía dedicar la mayor parte de su tiempo a mí educación, así que ella, siempre me hablaba mucho y me llamaba mi atención con historias cotidianas, con historias de su propia vida, y esto fue básico para que yo, aprendiera a escuchar, y comenzara a asociar ciertas actitudes, con ciertas palabras, “No!”, “Come”, “Dime”, “Mamá”, “Papá”, etc., ó para esas edades, - meses de vida realmente-, solamente asociar sonidos con alguna situación repetitiva.

A medida que fui creciendo y fui siendo más inquieta y atenta, mi madre comenzó a enseñarme las vocales en un tablero rosado con negro y una tiza blanca, a pronunciarlas y mover los labios con la forma del sonido. Según mi madre, mi primer palabra con sentido, fue “Papá”, por alguna ironía de la vida, mi Padre siempre trabajaba y casi no lo veía, mientras yo estaba casi todo el tiempo con mi mamá sin embargo esa no fue particularmente mi primer palabra, aunque ella todo el tiempo, me repitiera frases como: A ver, diga mamá!, síiii, mamá!. Pero evidentemente no dio resultados satisfactorios.

Podríamos reflexionar un poco sobre el término ‘hablar’ y su significado, pero con el objetivo de no desgastarnos en un debate etimológico y de interpretación de esa palabra, pues solamente diremos que para efectos prácticos, hablar es, la capacidad sonora de una persona para comunicar claramente sus ideas, sentimientos, y en general cualquier mensaje que quiera entregar a un receptor por esta misma vía auditiva ó sonora.

Ahora bien, para realmente aprender a hablar, tenemos que componer frases a través de la unión de palabras, y una palabra lógicamente se compone de una serie de letras, razón por la cual, para mi madre, el trabajo de enseñarme a hablar se realizó a través de un juego muy interesante y era, “hacer tareas”, de manera tal, que cuando mi mamá y yo jugábamos a hacer tareas, lo que ella realmente hacía era enseñarme palabras, y alimentar mi vocabulario con todas las palabras de libros infantiles que se podían asociar con a una imagen, una silla, una mesa, un balón; finalmente su objetivo como madre, fue exitoso, porque logró que mi camino escolar fuera más corto pues logré ingresar directamente al grado de Transición, pues ya distinguía las vocales, algunos números, colores, y ya después de entrar a esta nueva etapa escolar, el resto de mi aprendizaje, se dio en la academia, a través de la lectura, de la composición y la escritura y dictados constantes en la vida escolar.

Aprendiendo A Escribir

Paralelamente al aprendizaje del habla, instintivamente, iba aprendido a escribir, pues mi madre, escribía en el tablero, todo lo que quería que aprendiera, por lo que naturalmente, cuando estaba demasiado inquieta, buscaba las tizas, e intentaba imitar, los gestos y movimientos, que daban como resultado una letra que yo debía leer.

La escritura, también se daba en los momentos especiales de nuestro juego “hacer tareas”, en donde también descubría, cual era mi mano dominante para escribir si la izquierda ó la derecha, que colores me gustaban si el azul ó el rojo, de cualquier manera, todo fue un juego, pues mi madre me enseñó a hacer ‘planas’, como las de las vocales, hacer solamente la letra ‘a’ muchas veces ó la ‘e’, ‘i’, etc.

Posterior a esto, una etapa más compleja fue llegando y era la de componer palabras, escribir la ‘p’ y luego la ‘a’, luego nuevamente ‘p’ y nuevamente ‘á’ y después leerla correctamente como ‘papá’; sin embargo siempre se complicaba más la escritura, pues no comprendía el sentido de las tildes ó de muchos signos de puntuación, etapa que necesariamente fue dominada por la academia y por un esfuerzo adicional en aprender a leer correctamente y aprender y alimentar mucho más mi vocabulario.

En este punto deberíamos también recordar qué es escritura, y continuando con la tarea de simplificar el concepto, diremos que la escritura es una acción gráfica, de transmitir un mensaje y tiene forma de signos, pues realmente una manera simple e inicial de que las personas se comuniquen puede darse también a través de pinturas, descriptivas y no simbólicas como lo son las palabras ó los ideogramas chinos.

Para finalizar podemos concluir, que la eduación entra por casa, pues realmente como seres humanos, somos criaturas de costumbres y por costumbre, la escritura a través de nuestro idioma naturalmente termina por encontrarse inmerso en nuestras vidas, convirtiéndose ésta, en la herramienta perfecta para poder mantener claros y siempre novedosos nuestros conocimientos, opiniones y expresiones artísticas.


Darlin Calderón

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