Cuando visite España,
esa estatua parecía tan real, sus ojos se movían, creo que aún sentía calor
humano en ella.
¿Era una psicosis?... Decido retirarme y seguí mi viaje,
estaba fotografiando las calles de este pueblo; camine hacia el Norte y otra
estatua, me acerque y me quede mirándola, era la estatua de una mujer de uno 25
años, no era perfecta, no era una silueta de una modelo, era una mujer más de
rasgos más o menos duros y no con mucho busto.
¿Por que harían una estatua imperfecta? pensé yo, y luego la
mire a los ojos… No miento, eso fue lo mas impresionante pues sus ojos estaban
rojos y de ellos escurrió una lagrima, luego escuche unos gemidos como de ventrílocuo,
y la calle estaba sola.
Dios mío, esto es una locura, un poco desorientado la fotografié
y salí corriendo a buscar la estación de policía, cálmese!, me respondió el
teniente al llegar, y tome asiento, prosiguió.
Le conté lo sucedido y el me aconsejo que descansara, que
solo era mi imaginación.
Me tome un calmante y me fui al hotel, pero al otro día no podía
olvidar lo sucedido y volví al lugar de los hechos, esta vez estaba concurrida
la plaza y la estatua de la de la mujer ya no tenía los ojos rojos y abiertos,
estaban cerrados y ya no escuche gemidos, ayer estaba cansado, pensé, y seguí mi camino, pero cuando cruce la calle,
nuevamente escuche unos gemidos y al ver la estatua otra vez vi su ojo abierto
y desesperado.
Empecé a gritar, a decirle a la gente que ayudara a la muchacha
encerrada en ese concreto, pero todos me miraban como loco; ¡miren sus ojos!,
les gritaba pero no me hacían caso.
Hasta que el teniente de la otra noche apareció de la nada y
puso su mano en mi hombro, y justo cuando le iba a decir una palabra sentí como
me desmayaba, solo recuerdo que él me dijo, todo va a estar bien, que no me preocupara.
Ahora estoy aquí tan desesperado, mira mis ojos no estoy
muerto, y escucha mis gemidos no soy una estatua…