lunes, 8 de octubre de 2012

Tan sencillo.

Su suave voz me atrapó, sumergiéndome sin problemas en el momento mientras miraba su delicado rostro y brillantes ojos. Al besar sus labios, y rozar su cuello con los míos, probé por primera vez aquel manjar desconocido, detallé su figura con mis manos, y su aroma terminó por dominarme.

Mateo Daza.

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